Monedas en uso en la antigüedad tardía en el entorno próximo de Valentia. La moneda en el ámbito visigodo
Tomás Hurtado Mullor
2019
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Monedas en uso en la Antigüedad tardía
en el entorno próximo de Valentia.
La moneda en el ámbito visigodo
Tomás Hurtado Mullor
La moneda fabricada y, sobre todo, la usada durante la
tardoantigüedad en la península ibérica no ha sido el foco
preferente de la investigación numismática, centrada especialmente en otros períodos de la Antigüedad. Esto se debe
a que la aludida era una etapa sobre la que, pese a la preferencia dada a los testimonios escritos, había un importante desconocimiento acerca de varios aspectos que solamente podían atenderse a partir del análisis de la cultura
material y que, como resultado del enfoque dado y al no
tratarse de un material muy vistoso, unido a las dificultades
derivadas del estado poco avanzado de la investigación, el
grado de profundidad al abordar su estudio fue menor que
el de otras etapas, siendo emprendido sólo por algunos estudiosos, que ponderaron el potencial atractivo de su examen detallado y valoraron todo el espacio cronológico que
quedaba por cubrir, entendiendo más como un reto que
◁ Tremis de Witiza de Cordoba (698-710 dC).
L’Horta Vella (Bétera) (Museo de Prehistoria de Valencia):
como un lastre el vacío existente. La corriente dominante
ha centrado sus investigaciones en períodos que consideraron más sugerentes; recordemos que, pese a los grandes avances en la numismática de ese tiempo, aún sigue
habiendo cuestiones respecto a las que nos encontramos
en un estado de conocimiento bastante parcial. Por poner
un ejemplo significativo, desconocemos la mayor parte de
los nominales de las monedas bajoimperiales y visigodas
de menor valor; de hecho, las de acuñación peninsular
en el periodo visigodo, incluso, eran unas desconocidas
hasta la última década del siglo xx, que constituían nummi
de los que quedan muchas incógnitas por despejar. Este
panorama ha ido cambiando en los últimos años como
consecuencia de los nuevos hallazgos producidos a raíz de
intervenciones arqueológicas que han permitido tener un
mejor conocimiento de los contextos en que se han recuperado los numismas, incrementados por la aplicación de
un instrumental hasta ahora no empleado, así como por el
desarrollo de una metodología más depurada.
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godo de Toledo, con Leovigildo en el último cuarto del
CASTELLÓN
siglo siguiente. Aún así, la ciudad de Saguntum, aún no
Riu
Tu
ri
a
València la Vella La Horta Vella
Pou de la Sargueta
Villa Sector Río
Senda de l’Horteta
Sagunto
Valentia
siendo sede episcopal, acuñó tremises por parte de los
monarcas Gundemaro, Sisebuto y durante el correinado
de Égica y Witiza, que se encontraba dentro de la división
administrativa de la Tarraconesis.
VALENCIA
Punta de l’Illa
Cullera
Las monedas en el fundus de Valentia. Adaptación
progresiva del mundo rural a una nueva sociedad
Vamos conociendo con detalle cómo el espacio rural
dependiente de Valentia se fue adaptando a los cambios
políticos, lo que supuso transformación junto a continuidad y, en definitiva, evolución. Los principales momentos
de fuerte inestabilidad como fue la crisis del siglo iii dC,
Localización de los yacimientos citados.
que tanta huella dejó por la devaluación de la moneda
con consecuencia de la inflación —así como los episodios
de saqueos y conflictos con los movimientos de pueblos
De los diferentes pueblos bárbaros que irrumpie-
de finales del siglo iv y, sobre todo, de la primera mitad del
ron en la Península, fue el visigodo, el que actuó como
siglo v hasta la caída de Imperio romano de Occidente, con
foederatus del Imperio de Occidente, tras el saqueo de
la violenta irrupción peninsular de Eurico en la Hispania
Roma en el 410 dC, asentado ya en el reino de Tolosa. El
pocos años antes—, no supusieron el fin de todas las villae,
panorama de Valentia en el siglo v, dentro del Conventus
algunas de las cuales perduraron hasta avanzado el siglo
Carthaginensis, se basa en una civitas que, con seguri-
el siglo v, como la del Pou de la Sargueta en Riba-roja de
dad, es desde este siglo sede episcopal, aumentada así
Túria y otras que vamos a tratar, lo hicieron hasta, al me-
su influencia en el territorium, del que vamos a abordar
nos, el siglo vii como la del Sector Rio de Paterna, o alcan-
monetariamente el ager más inmediato, y en estos mo-
zaron incluso el siglo viii, como l’Horta Vella en Bétera, con
mentos con preeminencia sobre otras ciudades próximas
una fase posterior paleoandalusí. El conocimiento de los
que antaño fueron más significativas como Edeta, Sucro o
contextos arqueológicos de las monedas recogidas de las
Saguntum; que eran las sedes episcopales más próximas
dos excavaciones citadas, al igual que las de las extraídas
Dertosa al norte, Saetabis al sur y Valeria y Segobriga al
durante las intervenciones en la calle Agustí Olivert de
este, y Valentia queda consolidada dentro del reino visi-
Cullera, la senda de l’Horteta de Alcàsser y en València la
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Vella en Riba-roja de Túria, que son fruto de un minucio-
Carthaginensis, como Recópolis o El Tolmo de Minateda,
so trabajo, cuyo resultado se nos ha facilitado por la to-
por poner algunos ejemplos bien estudiados, casos que
tal disposición de sus directores, permite ir afinando más
incluso muestran que existió un uso abundante de los
cuestiones numismáticas, que ya se han ido planteando y
bronces romanos y, especialmente bajoimperiales, en
que van acercándose a su resolución, relativas a este pe-
época emiral. De hecho, se ha constatado la presencia de
ríodo en la península ibérica amparados por una mayor
moneda de bronce romana bajoimperial junto a feluses
inmediatez espacial, en lo que nos atañe por la cercanía,
en conjuntos monetarios de Córdoba o de sólidos roma-
en el trabajo de revisión de Marot y Llorens respecto a las
nos de Honorio y Arcadio junto a sólidos y tremises pseu-
monedas de Punta de l’Illa, en Cullera, de las que, no obs-
doimperiales o de imitación visigodos, los primeros en un
tante, carecemos de un contexto arqueológico preciso al
número mayor, en el tesoro de Cuna de Sevilla. Los estu-
excavarse por capas artificiales.
dios nos están indicando largos períodos de circulación
La excavación arqueológica de la villa del Sector Río
de las monedas acuñadas en época republicana e impe-
de Paterna, dentro de una intervención de urgencia para
rial por estas fechas del periodo visigodo, también incluso
la construcción de viviendas, realizada por la empresa
de momentos anteriores al Bajo Imperio, a pesar de las
Estudios de Afección Patrimonial, con un equipo de ar-
reformas y de su teórica retirada de la circulación, y de ahí
queólogos que coordinó C. Verdasco, proporcionó unas
que un análisis detallado de los contextos arqueológicos
sesenta y ocho monedas. Es una villa romana con una
nos debe permitir matizar ciertas rápidas valoraciones
vida datada desde finales del siglo i aC hasta, al menos,
que nos pueden conducir a superficiales y atropelladas
el siglo VII, identificada tanto con una explotación agraria
conclusiones y, por tanto, errores conceptuales en deter-
como con producción cerámica y metalúrgica, aunque
minados casos concretos.
la agrícola es la principal actividad desde finales del Alto
En el yacimiento del Sector Río, más del 60% de las
Imperio hasta el final de su existencia. El estudio que ya
monedas halladas se encontraban en estratos formados
efectuamos y que se integrará en una publicación mo-
en época visigoda. Algunos casos no ofrecen duda, pues los
nográfica de la intervención, nos reafirma en la ya tantas
señores de la villa y quienes la explotaban tuvieron desde
veces atestiguada circulación de la moneda del siglo iv
el siglo vi a mano monedas muy antiguas que usaron pro-
en contextos del v y posteriores, sin duda en pleno do-
fusamente. Limitaremos la extensión, por no ser, además,
minio visigodo, sabiendo por otros hallazgos contextua-
el objeto exclusivo, a citar sólo algunos casos. Monedas
lizados conocidos cómo también circularon en el área
de los siglos ii y iii dC como fue un sestercio de Gordiano
levantina, como en La Rábita de Guardamar —en este
III, que apareció en unión de un antoniniano de Galieno
caso además de fabricación anterior como un denario de
y otro de Victorino, estaban en un nivel de uso de la am-
plata de Vespasiano— o en las ciudades del interior de la
pliación norte de un edificio (UE 2076), al tiempo que un
Monedas en uso en la Antigüedad tardía en el entorno próximo de Valentia. Óscar Caldés
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València la Vella (Riba-roja de Túria) (Museo
Visigodo de Pla de Nadal): 1. Unidad
fraccionada de kelse (mediados s. II aC),
2. As fraccionado de Tiberio de Saguntum,
contramarcado con DD (14-37 dC),
3. Denario fraccionado de Septimio
Severo de Roma (193-211 dC), (Museo
de Prehistoria de Valencia): 4. Nummus
de Constancio II del tipo «FEL TEMP
REPARATIO» (353-360 dC), (Museo
Visigodo de Pla de Nadal): 5. Nummus
hispánico visigodo, 6. Nummus de
Justiniano I de Carthago 534-539 dC; Villa
romana del Sector Rio (Paterna) (Museo de
Cerámica de Paterna): 7. Unidad de Arse
(130-72 aC), 8. Antoniniano agujereado
de Volusiano de Roma. (251-253 dC), 9.
Nummus del tipo «FEL TEMP REPARATIO
»(351-361 dC); C/ Agustí Olivert (Cullera)
(Museo de Historia y Arqueología de
Cullera): 10. AE3 recortado de Constantino
I o Crispo de Sirmium (324-325 dC), 11.
AE4 fragmentado de Arcadio, Honorio
o Teodosio II de Ceca oriental (404-406
dC), 12. Posible AE2 fragmentado; Punta
de l’Illa (Cullera) (Museo de Prehistoria
de Valencia): 13. Mitad fraccionada de
Saitabi (Segunda mitad del s. ii aC),
14. AE2 fraccionada de Teodosio de
Constantinopolis (392-395 dC); Senda de
l’Horteta (Alcàsser) (colecciones privadas):
15. Tremís pseudoimperial del tipo victoria
con palma y corona a nombre de Justino I,
16. Tremís pseudoimperial del tipo victoria
con palma y corona a nombre de Justino I,
17. Tremís pseudoimperial del tipo
victoria con palma y corona a nombre de
Justino I; L’Horta Vella (Bétera) (Museu de
Prehistòria de València): 18. Tremís de
Égica y Witiza de Egitania (695-702 dC), 19.
Tremis de Witiza de Cordoba (698-710 dC).
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sestercio de Faustina II, en otro nivel de uso de las cocinas,
ros de la estancia m (UE 2426), y un as de Valentia en la
en un edificio en el noreste del enclave (UE 2016). También
nivelación para construir el edificio del extremo noreste
hace tiempo que está comúnmente aceptado, como
(UE 2054). Varios nummi, como uno de Constancio I (UE
hemos dicho, que las monedas del siglo iv o del siglo v,
2105) y otros frustros, que no se pueden catalogar, apa-
transformadas y muy desgastadas son una masa impor-
recieron en contextos similares. Hay muchos más casos
tante de la moneda circulante. En relación a un pavimen-
pero citaremos algún hallazgo en estratos de colmatación
to, apareció una moneda del tipo «FEL TEMP REPARATIO»
como un antoniniano con un importante agujero central
(UE 2810) (fig. 9), y un estrato de obliteración del yacimien-
de Volusiano que acabó en un basurero (UE 2029) (fig. 8),
to (UE 2108), que abarca un área extensa, contaba con
como ocurrió también con otro de Aureliano (UE 2018).
monedas de Fausta, de Valentiniano II, dos de empera-
En el enclave rural de l’Horta Vella de Bétera, con res-
dores de la dinastía Valentiniana, un AE2 y una moneda
tos anteriores de los siglos ii y i aC y una cronología que
muy degradada. Así como en una unidad estratigráfica (UE
abarca desde el siglo i al viii además de una fase emiral,
2599), también de los momentos finales del asentamien-
se está interviniendo dentro de un proyecto desarrollado
to, se recuperaron tres AE3 tan desgastados que hacen
por el Ayuntamiento de Bétera y la Universitat de València
imposible su clasificación, salvo uno del tipo «FEL TEMP
dirigido por J. L. Jiménez y J. Burriel, con la codirección de
REPARATIO», circunstancia que denota su aceptación pese
otros compañeros en las diferentes campañas emprendi-
a su larga manipulación hasta aquí ya vista.
das. Dentro del material numismático a cuyo estudio nos
En cambio, al examinar otros contextos, observamos
hemos aproximado, destacamos de este momento el ha-
que predominan unidades de rellenos constructivos, de
llazgo que se produjo en la campaña XI, del año 2016, de
nivelación, reutilización de material, etc., donde la mone-
dos tremises acuñados entre finales del siglo vii e inicios del
da llegó con las tierras aportadas y, probablemente, fuera
viii, uno de Égica y Witiza amonedado en Egitania (fig. 18)
del mercado dinerario de manera que no siempre es fácil
y otro de Witiza en Corduba (fig. 19). La excavación en
su interpretación. Las tres monedas republicanas encon-
el sector norte puso al descubierto dos estancias de ca-
tradas en estratos de época visigoda probablemente esta-
rácter artesanal. De esta fase en el espacio uno, donde
rían desprovistas de su función original y formaron parte
aparecieron las monedas; era un entorno de explotación
de las capas de rellenos de nivelación de nuevas cons-
metalúrgica, con la presencia de dos hornos y material
trucciones o transformadas. Una moneda celtibérica par-
asociado a dicha actividad, como goterones de plomo,
tida se halló en la nivelación tardía del patio, en una zona
que anulaban diversas estructuras de la granja en que se
abierta entre la domus central y la palestra (UE 4062), jun-
convirtió la villa romana imperial en la Antigüedad tardía.
to a una moneda de la consagración de Claudio II. Otra de
Otro yacimiento, del que defendemos su compo-
Arse (fig. 7) en la nivelación para la construcción de mu-
nente rural con estructuras precarias y pequeños hornos,
Monedas en uso en la Antigüedad tardía en el entorno próximo de Valentia. Óscar Caldés
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entre otros restos, es la Senda de l’Horteta de Alcàsser.
de utilizar herramientas —como el detector de metales
Hasta ahora conocíamos el hallazgo antiguo de un pro-
o el tamizado— con la finalidad de localizar los peque-
bable tesoro de tremises pseudoimperiales del que se
ños nummi tardoantiguos y obtener así todo el material
ha hablado de hallazgos aislados, que unido a las foto-
arqueológico, sobre todo los citados nummi fabricados
grafías reflejadas en las publicaciones y a la generosidad
desde la mitad del siglo vi, que han tenido incluso hasta
de los particulares que nos han permitido el acceso a
poco atractivos, tanto para los furtivos como para el co-
varias monedas, nos permiten referirnos a ocho piezas,
leccionismo. El inicio de la atención por M. Crusafont y los
bien analizadas directamente, bien conocidas a través
trabajos de R. Pliego y B. Mora están poniendo estas pie-
de ilustración. Hasta el momento se han identificado con
zas en el plano elevado que se merecen.
acuñaciones de imitación de Justiniano I por parte de E.
Llobregat en los años setenta, y de Justiniano I y Justino
Hallazgos litorales y del castrum o núcleo urbano de
II por parte de M. V. Febrer, y por Ll. Alapont y F. J. Tormo.
València la Vella.
Nosotros no hemos visto ninguna de Justino II y sí de
Los hallazgos litorales completan un panorama más
Justino I (figs. 15, 16 y 17) y Justiniano I, con lo que no
complejo y con un numerario más variado en relación
podemos aseverar que sea de época de Leovigildo.
con el ya expuesto. En el Portus Sucronem (Cullera), en un
En las monedas de finales del dominio visigodo,
contexto de destrucción de un horreum y de una posible
disminuye la cantidad de oro como se aprecia en las de
tabernae de la segunda mitad del siglo v, sobre los que se
l’Horta Vella de Bétera (figs. 18 y 19). Estas contienen un
establecería una cetaria, se recuperaron durante tres cam-
grado de pureza elevado, lo que hace que se custodiara
pañas de excavación, dirigidas por M. Rosselló entre 2003
una moneda pseudoimperial a nombre de Justiniano I en
y 2006 en la calle Agustí Olivert de Cullera, veintinueve mo-
el Tesoro de Santa Elena, ocultado en torno a mediados
nedas que, como ya están publicadas, queremos remarcar
del siglo xi. Una posible moneda de pequeño módulo, de
simplemente al respecto las alteraciones que sufrieron
la intervención arqueológica dirigida a finales de la déca-
como operaciones de cercenar, recortar, fragmentar o in-
da pasada por R. Martínez, M. Molina y G. Núñez, hallada
cluso siluetear (figs. 10, 11 y 12) las monedas del siglo iv
en un contexto que, por la cerámica catalogada, se fecha
de modo que facilita y permite que, de esa forma, estén
entre el último cuarto del siglo vi, momento de posible
circulando en el siglo v, con una situación parecida a la de
inicio del asentamiento, y el primero del siglo vii, moneda
un tesoro en la ciudad, probablemente coetáneo, radicado
que una vez limpia, nos dará más información numismá-
su hallazgo en la calle Avellanas de Valentia.
tica sobre un yacimiento, cuyo fin se ha datado durante la
Con una cronología más baja, los hallazgos de Punta
primera mitad de este siglo, poniéndonos en alerta sobre
de l’Illa mostraron el fenómeno descrito (fig. 14) y la pre-
que, para recuperarlas en general, tenemos la necesidad
sencia de moneda bajoimperial y anterior (fig. 13), a la vez
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que monedas vándalas, bizantinas, muchas norteafricanas
y nummi hispánicos visigodos, que aparecieron, además,
juntos en un depósito monetario, circunstancia que ha concurrido en otros puntos mediterráneos más al sur como en
el Portus Ilicitanus (Santa Pola), Barrio de Benalúa, Alicante
o Punta del Arenal (Jávea). En el área que nos ocupa fundamentalmente, en concreto un enclave de fundación ex novo
por Leovigildo de València la Vella, durante las recientes tres
campañas que, desde el 2016 hasta el presente año, se están desarrollando —dentro un proyecto que ha llevado el
Ayuntamiento de Riba-roja de Túria, la Diputació de València
y el ICAC, bajo la dirección arqueológica de J. M. Macias, A.
Ribera, E. Huguet y M. Rosselló—, se han recuperado más
de doscientas diez piezas, que se estudian en un capítulo de esta obra, las de la campaña de 2018, y, aunque sólo
contamos con algunos pocos contextos, están presentes las
monedas vándalas, bizantinas norteafricanas y los nummi
hispánicos junto a los monedas retocadas. De entre las mencionadas son de destacar las más antiguas, las republicanas
y provinciales romanas, pero en configuración distinta a las
manipulaciones habidas específicamente de particiones de
los dos lapsos temporales que se han establecido para el
cambio de era, pues se fragmentan para adaptarlas y para
que permanezca un tercio de la original (figs. 1 y 2), tomándose, incluso, parte de la plata del único denario altoimperial recogido (fig. 3), así como, curiosamente un nummus de
Justiniano I de Carthago punzonado (fig. 6) al igual que otras
monedas aparecidas en Malaca o Punta de l’Illa.
En la campaña de 2016, las tres monedas halladas
cuentan con contexto: un AE3 de mediados del siglo iv
(fig. 4); en la zona 1, la de la muralla, en un contexto visigodo desde la segunda mitad del siglo vi hasta principios del siglo vii; en la zona 5, un nummus visigodo con
monograma «M» con volutas (fig. 5), y en la UE 5003,
apareció en un relleno constructivo sobre el geológico
de acondicionamiento, cuya cerámica nos lleva a la segunda mitad siglo vi. La otra moneda proveniente de ese
espacio (concretamente de la UE 5002, que pudiera ser
de Valentiniano III y que ha sido recortada) se halló en un
nivel de amortización de las estructuras visigodas anteriores —la UE 5003— que ha aparecido en un contexto del
siglo vii o de principios del viii.
Recopilando
Este panorama nos muestra una gran complejidad
y constata que existe un reabastecimiento de moneda en
el siglo vi, tanto de acuñaciones foráneas como peninsulares, pese al mantenimiento de anteriores monedas
romanas que habían llevado a pensar en un desabastecimiento de moneda desde el siglo v, además de señalar
que algunas de las cuales son las que estaban ya circulando en Hispania, pero que otras vienen de la mano de los
vándalos y de los bizantinos que están establecidos en la
provincia de Spania tanto en el sureste como en las Islas.
La recuperación de un número significativo de la moneda
sepultada nos aproximará al conocimiento de las monedas puestas en el mercado y circulando, si bien somos
conscientes de que sólo contamos con una muestra muy
parcial relativa a la que formó parte del circuito dinerario
habido en el entorno de Valentia.
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Monedas en uso en la Antigüedad tardía
en el entorno próximo de Valentia.
La moneda en el ámbito visigodo
Tomás Hurtado Mullor
La moneda fabricada y, sobre todo, la usada durante la
tardoantigüedad en la península ibérica no ha sido el foco
preferente de la investigación numismática, centrada especialmente en otros períodos de la Antigüedad. Esto se debe
a que la aludida era una etapa sobre la que, pese a la preferencia dada a los testimonios escritos, había un importante desconocimiento acerca de varios aspectos que solamente podían atenderse a partir del análisis de la cultura
material y que, como resultado del enfoque dado y al no
tratarse de un material muy vistoso, unido a las dificultades
derivadas del estado poco avanzado de la investigación, el
grado de profundidad al abordar su estudio fue menor que
el de otras etapas, siendo emprendido sólo por algunos estudiosos, que ponderaron el potencial atractivo de su examen detallado y valoraron todo el espacio cronológico que
quedaba por cubrir, entendiendo más como un reto que
◁ Tremis de Witiza de Cordoba (698-710 dC).
L’Horta Vella (Bétera) (Museo de Prehistoria de Valencia):
como un lastre el vacío existente. La corriente dominante
ha centrado sus investigaciones en períodos que consideraron más sugerentes; recordemos que, pese a los grandes avances en la numismática de ese tiempo, aún sigue
habiendo cuestiones respecto a las que nos encontramos
en un estado de conocimiento bastante parcial. Por poner
un ejemplo significativo, desconocemos la mayor parte de
los nominales de las monedas bajoimperiales y visigodas
de menor valor; de hecho, las de acuñación peninsular
en el periodo visigodo, incluso, eran unas desconocidas
hasta la última década del siglo xx, que constituían nummi
de los que quedan muchas incógnitas por despejar. Este
panorama ha ido cambiando en los últimos años como
consecuencia de los nuevos hallazgos producidos a raíz de
intervenciones arqueológicas que han permitido tener un
mejor conocimiento de los contextos en que se han recuperado los numismas, incrementados por la aplicación de
un instrumental hasta ahora no empleado, así como por el
desarrollo de una metodología más depurada.
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godo de Toledo, con Leovigildo en el último cuarto del
CASTELLÓN
siglo siguiente. Aún así, la ciudad de Saguntum, aún no
Riu
Tu
ri
a
València la Vella La Horta Vella
Pou de la Sargueta
Villa Sector Río
Senda de l’Horteta
Sagunto
Valentia
siendo sede episcopal, acuñó tremises por parte de los
monarcas Gundemaro, Sisebuto y durante el correinado
de Égica y Witiza, que se encontraba dentro de la división
administrativa de la Tarraconesis.
VALENCIA
Punta de l’Illa
Cullera
Las monedas en el fundus de Valentia. Adaptación
progresiva del mundo rural a una nueva sociedad
Vamos conociendo con detalle cómo el espacio rural
dependiente de Valentia se fue adaptando a los cambios
políticos, lo que supuso transformación junto a continuidad y, en definitiva, evolución. Los principales momentos
de fuerte inestabilidad como fue la crisis del siglo iii dC,
Localización de los yacimientos citados.
que tanta huella dejó por la devaluación de la moneda
con consecuencia de la inflación —así como los episodios
de saqueos y conflictos con los movimientos de pueblos
De los diferentes pueblos bárbaros que irrumpie-
de finales del siglo iv y, sobre todo, de la primera mitad del
ron en la Península, fue el visigodo, el que actuó como
siglo v hasta la caída de Imperio romano de Occidente, con
foederatus del Imperio de Occidente, tras el saqueo de
la violenta irrupción peninsular de Eurico en la Hispania
Roma en el 410 dC, asentado ya en el reino de Tolosa. El
pocos años antes—, no supusieron el fin de todas las villae,
panorama de Valentia en el siglo v, dentro del Conventus
algunas de las cuales perduraron hasta avanzado el siglo
Carthaginensis, se basa en una civitas que, con seguri-
el siglo v, como la del Pou de la Sargueta en Riba-roja de
dad, es desde este siglo sede episcopal, aumentada así
Túria y otras que vamos a tratar, lo hicieron hasta, al me-
su influencia en el territorium, del que vamos a abordar
nos, el siglo vii como la del Sector Rio de Paterna, o alcan-
monetariamente el ager más inmediato, y en estos mo-
zaron incluso el siglo viii, como l’Horta Vella en Bétera, con
mentos con preeminencia sobre otras ciudades próximas
una fase posterior paleoandalusí. El conocimiento de los
que antaño fueron más significativas como Edeta, Sucro o
contextos arqueológicos de las monedas recogidas de las
Saguntum; que eran las sedes episcopales más próximas
dos excavaciones citadas, al igual que las de las extraídas
Dertosa al norte, Saetabis al sur y Valeria y Segobriga al
durante las intervenciones en la calle Agustí Olivert de
este, y Valentia queda consolidada dentro del reino visi-
Cullera, la senda de l’Horteta de Alcàsser y en València la
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Vella en Riba-roja de Túria, que son fruto de un minucio-
Carthaginensis, como Recópolis o El Tolmo de Minateda,
so trabajo, cuyo resultado se nos ha facilitado por la to-
por poner algunos ejemplos bien estudiados, casos que
tal disposición de sus directores, permite ir afinando más
incluso muestran que existió un uso abundante de los
cuestiones numismáticas, que ya se han ido planteando y
bronces romanos y, especialmente bajoimperiales, en
que van acercándose a su resolución, relativas a este pe-
época emiral. De hecho, se ha constatado la presencia de
ríodo en la península ibérica amparados por una mayor
moneda de bronce romana bajoimperial junto a feluses
inmediatez espacial, en lo que nos atañe por la cercanía,
en conjuntos monetarios de Córdoba o de sólidos roma-
en el trabajo de revisión de Marot y Llorens respecto a las
nos de Honorio y Arcadio junto a sólidos y tremises pseu-
monedas de Punta de l’Illa, en Cullera, de las que, no obs-
doimperiales o de imitación visigodos, los primeros en un
tante, carecemos de un contexto arqueológico preciso al
número mayor, en el tesoro de Cuna de Sevilla. Los estu-
excavarse por capas artificiales.
dios nos están indicando largos períodos de circulación
La excavación arqueológica de la villa del Sector Río
de las monedas acuñadas en época republicana e impe-
de Paterna, dentro de una intervención de urgencia para
rial por estas fechas del periodo visigodo, también incluso
la construcción de viviendas, realizada por la empresa
de momentos anteriores al Bajo Imperio, a pesar de las
Estudios de Afección Patrimonial, con un equipo de ar-
reformas y de su teórica retirada de la circulación, y de ahí
queólogos que coordinó C. Verdasco, proporcionó unas
que un análisis detallado de los contextos arqueológicos
sesenta y ocho monedas. Es una villa romana con una
nos debe permitir matizar ciertas rápidas valoraciones
vida datada desde finales del siglo i aC hasta, al menos,
que nos pueden conducir a superficiales y atropelladas
el siglo VII, identificada tanto con una explotación agraria
conclusiones y, por tanto, errores conceptuales en deter-
como con producción cerámica y metalúrgica, aunque
minados casos concretos.
la agrícola es la principal actividad desde finales del Alto
En el yacimiento del Sector Río, más del 60% de las
Imperio hasta el final de su existencia. El estudio que ya
monedas halladas se encontraban en estratos formados
efectuamos y que se integrará en una publicación mo-
en época visigoda. Algunos casos no ofrecen duda, pues los
nográfica de la intervención, nos reafirma en la ya tantas
señores de la villa y quienes la explotaban tuvieron desde
veces atestiguada circulación de la moneda del siglo iv
el siglo vi a mano monedas muy antiguas que usaron pro-
en contextos del v y posteriores, sin duda en pleno do-
fusamente. Limitaremos la extensión, por no ser, además,
minio visigodo, sabiendo por otros hallazgos contextua-
el objeto exclusivo, a citar sólo algunos casos. Monedas
lizados conocidos cómo también circularon en el área
de los siglos ii y iii dC como fue un sestercio de Gordiano
levantina, como en La Rábita de Guardamar —en este
III, que apareció en unión de un antoniniano de Galieno
caso además de fabricación anterior como un denario de
y otro de Victorino, estaban en un nivel de uso de la am-
plata de Vespasiano— o en las ciudades del interior de la
pliación norte de un edificio (UE 2076), al tiempo que un
Monedas en uso en la Antigüedad tardía en el entorno próximo de Valentia. Óscar Caldés
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València la Vella (Riba-roja de Túria) (Museo
Visigodo de Pla de Nadal): 1. Unidad
fraccionada de kelse (mediados s. II aC),
2. As fraccionado de Tiberio de Saguntum,
contramarcado con DD (14-37 dC),
3. Denario fraccionado de Septimio
Severo de Roma (193-211 dC), (Museo
de Prehistoria de Valencia): 4. Nummus
de Constancio II del tipo «FEL TEMP
REPARATIO» (353-360 dC), (Museo
Visigodo de Pla de Nadal): 5. Nummus
hispánico visigodo, 6. Nummus de
Justiniano I de Carthago 534-539 dC; Villa
romana del Sector Rio (Paterna) (Museo de
Cerámica de Paterna): 7. Unidad de Arse
(130-72 aC), 8. Antoniniano agujereado
de Volusiano de Roma. (251-253 dC), 9.
Nummus del tipo «FEL TEMP REPARATIO
»(351-361 dC); C/ Agustí Olivert (Cullera)
(Museo de Historia y Arqueología de
Cullera): 10. AE3 recortado de Constantino
I o Crispo de Sirmium (324-325 dC), 11.
AE4 fragmentado de Arcadio, Honorio
o Teodosio II de Ceca oriental (404-406
dC), 12. Posible AE2 fragmentado; Punta
de l’Illa (Cullera) (Museo de Prehistoria
de Valencia): 13. Mitad fraccionada de
Saitabi (Segunda mitad del s. ii aC),
14. AE2 fraccionada de Teodosio de
Constantinopolis (392-395 dC); Senda de
l’Horteta (Alcàsser) (colecciones privadas):
15. Tremís pseudoimperial del tipo victoria
con palma y corona a nombre de Justino I,
16. Tremís pseudoimperial del tipo victoria
con palma y corona a nombre de Justino I,
17. Tremís pseudoimperial del tipo
victoria con palma y corona a nombre de
Justino I; L’Horta Vella (Bétera) (Museu de
Prehistòria de València): 18. Tremís de
Égica y Witiza de Egitania (695-702 dC), 19.
Tremis de Witiza de Cordoba (698-710 dC).
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sestercio de Faustina II, en otro nivel de uso de las cocinas,
ros de la estancia m (UE 2426), y un as de Valentia en la
en un edificio en el noreste del enclave (UE 2016). También
nivelación para construir el edificio del extremo noreste
hace tiempo que está comúnmente aceptado, como
(UE 2054). Varios nummi, como uno de Constancio I (UE
hemos dicho, que las monedas del siglo iv o del siglo v,
2105) y otros frustros, que no se pueden catalogar, apa-
transformadas y muy desgastadas son una masa impor-
recieron en contextos similares. Hay muchos más casos
tante de la moneda circulante. En relación a un pavimen-
pero citaremos algún hallazgo en estratos de colmatación
to, apareció una moneda del tipo «FEL TEMP REPARATIO»
como un antoniniano con un importante agujero central
(UE 2810) (fig. 9), y un estrato de obliteración del yacimien-
de Volusiano que acabó en un basurero (UE 2029) (fig. 8),
to (UE 2108), que abarca un área extensa, contaba con
como ocurrió también con otro de Aureliano (UE 2018).
monedas de Fausta, de Valentiniano II, dos de empera-
En el enclave rural de l’Horta Vella de Bétera, con res-
dores de la dinastía Valentiniana, un AE2 y una moneda
tos anteriores de los siglos ii y i aC y una cronología que
muy degradada. Así como en una unidad estratigráfica (UE
abarca desde el siglo i al viii además de una fase emiral,
2599), también de los momentos finales del asentamien-
se está interviniendo dentro de un proyecto desarrollado
to, se recuperaron tres AE3 tan desgastados que hacen
por el Ayuntamiento de Bétera y la Universitat de València
imposible su clasificación, salvo uno del tipo «FEL TEMP
dirigido por J. L. Jiménez y J. Burriel, con la codirección de
REPARATIO», circunstancia que denota su aceptación pese
otros compañeros en las diferentes campañas emprendi-
a su larga manipulación hasta aquí ya vista.
das. Dentro del material numismático a cuyo estudio nos
En cambio, al examinar otros contextos, observamos
hemos aproximado, destacamos de este momento el ha-
que predominan unidades de rellenos constructivos, de
llazgo que se produjo en la campaña XI, del año 2016, de
nivelación, reutilización de material, etc., donde la mone-
dos tremises acuñados entre finales del siglo vii e inicios del
da llegó con las tierras aportadas y, probablemente, fuera
viii, uno de Égica y Witiza amonedado en Egitania (fig. 18)
del mercado dinerario de manera que no siempre es fácil
y otro de Witiza en Corduba (fig. 19). La excavación en
su interpretación. Las tres monedas republicanas encon-
el sector norte puso al descubierto dos estancias de ca-
tradas en estratos de época visigoda probablemente esta-
rácter artesanal. De esta fase en el espacio uno, donde
rían desprovistas de su función original y formaron parte
aparecieron las monedas; era un entorno de explotación
de las capas de rellenos de nivelación de nuevas cons-
metalúrgica, con la presencia de dos hornos y material
trucciones o transformadas. Una moneda celtibérica par-
asociado a dicha actividad, como goterones de plomo,
tida se halló en la nivelación tardía del patio, en una zona
que anulaban diversas estructuras de la granja en que se
abierta entre la domus central y la palestra (UE 4062), jun-
convirtió la villa romana imperial en la Antigüedad tardía.
to a una moneda de la consagración de Claudio II. Otra de
Otro yacimiento, del que defendemos su compo-
Arse (fig. 7) en la nivelación para la construcción de mu-
nente rural con estructuras precarias y pequeños hornos,
Monedas en uso en la Antigüedad tardía en el entorno próximo de Valentia. Óscar Caldés
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entre otros restos, es la Senda de l’Horteta de Alcàsser.
de utilizar herramientas —como el detector de metales
Hasta ahora conocíamos el hallazgo antiguo de un pro-
o el tamizado— con la finalidad de localizar los peque-
bable tesoro de tremises pseudoimperiales del que se
ños nummi tardoantiguos y obtener así todo el material
ha hablado de hallazgos aislados, que unido a las foto-
arqueológico, sobre todo los citados nummi fabricados
grafías reflejadas en las publicaciones y a la generosidad
desde la mitad del siglo vi, que han tenido incluso hasta
de los particulares que nos han permitido el acceso a
poco atractivos, tanto para los furtivos como para el co-
varias monedas, nos permiten referirnos a ocho piezas,
leccionismo. El inicio de la atención por M. Crusafont y los
bien analizadas directamente, bien conocidas a través
trabajos de R. Pliego y B. Mora están poniendo estas pie-
de ilustración. Hasta el momento se han identificado con
zas en el plano elevado que se merecen.
acuñaciones de imitación de Justiniano I por parte de E.
Llobregat en los años setenta, y de Justiniano I y Justino
Hallazgos litorales y del castrum o núcleo urbano de
II por parte de M. V. Febrer, y por Ll. Alapont y F. J. Tormo.
València la Vella.
Nosotros no hemos visto ninguna de Justino II y sí de
Los hallazgos litorales completan un panorama más
Justino I (figs. 15, 16 y 17) y Justiniano I, con lo que no
complejo y con un numerario más variado en relación
podemos aseverar que sea de época de Leovigildo.
con el ya expuesto. En el Portus Sucronem (Cullera), en un
En las monedas de finales del dominio visigodo,
contexto de destrucción de un horreum y de una posible
disminuye la cantidad de oro como se aprecia en las de
tabernae de la segunda mitad del siglo v, sobre los que se
l’Horta Vella de Bétera (figs. 18 y 19). Estas contienen un
establecería una cetaria, se recuperaron durante tres cam-
grado de pureza elevado, lo que hace que se custodiara
pañas de excavación, dirigidas por M. Rosselló entre 2003
una moneda pseudoimperial a nombre de Justiniano I en
y 2006 en la calle Agustí Olivert de Cullera, veintinueve mo-
el Tesoro de Santa Elena, ocultado en torno a mediados
nedas que, como ya están publicadas, queremos remarcar
del siglo xi. Una posible moneda de pequeño módulo, de
simplemente al respecto las alteraciones que sufrieron
la intervención arqueológica dirigida a finales de la déca-
como operaciones de cercenar, recortar, fragmentar o in-
da pasada por R. Martínez, M. Molina y G. Núñez, hallada
cluso siluetear (figs. 10, 11 y 12) las monedas del siglo iv
en un contexto que, por la cerámica catalogada, se fecha
de modo que facilita y permite que, de esa forma, estén
entre el último cuarto del siglo vi, momento de posible
circulando en el siglo v, con una situación parecida a la de
inicio del asentamiento, y el primero del siglo vii, moneda
un tesoro en la ciudad, probablemente coetáneo, radicado
que una vez limpia, nos dará más información numismá-
su hallazgo en la calle Avellanas de Valentia.
tica sobre un yacimiento, cuyo fin se ha datado durante la
Con una cronología más baja, los hallazgos de Punta
primera mitad de este siglo, poniéndonos en alerta sobre
de l’Illa mostraron el fenómeno descrito (fig. 14) y la pre-
que, para recuperarlas en general, tenemos la necesidad
sencia de moneda bajoimperial y anterior (fig. 13), a la vez
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que monedas vándalas, bizantinas, muchas norteafricanas
y nummi hispánicos visigodos, que aparecieron, además,
juntos en un depósito monetario, circunstancia que ha concurrido en otros puntos mediterráneos más al sur como en
el Portus Ilicitanus (Santa Pola), Barrio de Benalúa, Alicante
o Punta del Arenal (Jávea). En el área que nos ocupa fundamentalmente, en concreto un enclave de fundación ex novo
por Leovigildo de València la Vella, durante las recientes tres
campañas que, desde el 2016 hasta el presente año, se están desarrollando —dentro un proyecto que ha llevado el
Ayuntamiento de Riba-roja de Túria, la Diputació de València
y el ICAC, bajo la dirección arqueológica de J. M. Macias, A.
Ribera, E. Huguet y M. Rosselló—, se han recuperado más
de doscientas diez piezas, que se estudian en un capítulo de esta obra, las de la campaña de 2018, y, aunque sólo
contamos con algunos pocos contextos, están presentes las
monedas vándalas, bizantinas norteafricanas y los nummi
hispánicos junto a los monedas retocadas. De entre las mencionadas son de destacar las más antiguas, las republicanas
y provinciales romanas, pero en configuración distinta a las
manipulaciones habidas específicamente de particiones de
los dos lapsos temporales que se han establecido para el
cambio de era, pues se fragmentan para adaptarlas y para
que permanezca un tercio de la original (figs. 1 y 2), tomándose, incluso, parte de la plata del único denario altoimperial recogido (fig. 3), así como, curiosamente un nummus de
Justiniano I de Carthago punzonado (fig. 6) al igual que otras
monedas aparecidas en Malaca o Punta de l’Illa.
En la campaña de 2016, las tres monedas halladas
cuentan con contexto: un AE3 de mediados del siglo iv
(fig. 4); en la zona 1, la de la muralla, en un contexto visigodo desde la segunda mitad del siglo vi hasta principios del siglo vii; en la zona 5, un nummus visigodo con
monograma «M» con volutas (fig. 5), y en la UE 5003,
apareció en un relleno constructivo sobre el geológico
de acondicionamiento, cuya cerámica nos lleva a la segunda mitad siglo vi. La otra moneda proveniente de ese
espacio (concretamente de la UE 5002, que pudiera ser
de Valentiniano III y que ha sido recortada) se halló en un
nivel de amortización de las estructuras visigodas anteriores —la UE 5003— que ha aparecido en un contexto del
siglo vii o de principios del viii.
Recopilando
Este panorama nos muestra una gran complejidad
y constata que existe un reabastecimiento de moneda en
el siglo vi, tanto de acuñaciones foráneas como peninsulares, pese al mantenimiento de anteriores monedas
romanas que habían llevado a pensar en un desabastecimiento de moneda desde el siglo v, además de señalar
que algunas de las cuales son las que estaban ya circulando en Hispania, pero que otras vienen de la mano de los
vándalos y de los bizantinos que están establecidos en la
provincia de Spania tanto en el sureste como en las Islas.
La recuperación de un número significativo de la moneda
sepultada nos aproximará al conocimiento de las monedas puestas en el mercado y circulando, si bien somos
conscientes de que sólo contamos con una muestra muy
parcial relativa a la que formó parte del circuito dinerario
habido en el entorno de Valentia.
Monedas en uso en la Antigüedad tardía en el entorno próximo de Valentia. Óscar Caldés
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